Una receta valenciana de tomate frito, exportada a Rusia tras triunfar en EEUU, UE, Corea y Panamá

3 de septiembre de 2012
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Salud
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En septiembre lanzarán su línea de potajes y su objetivo es «asentar la marca, despacito, intentando captar un país nuevo o dos al año»

La empresa familiar ‘Estilo Kikí’, de capital social cien por cien valenciano y con tan sólo ocho trabajadores, comenzará a exportar a Rusia después de verano su tomate frito de receta familiar, después de haberse afianzado en España y en mercados como Estados Unidos, Francia, Alemania, Corea del Sur y Panamá.

En apenas cinco años de historia, el tomate frito que elaboraba para consumo familiar Isabel Rubio –‘Kikí’ para sus seres queridos– ha logrado hacerse hueco en establecimientos ‘delicatessen’ de medio mundo y plantar cara a la crisis con crecimientos anuales de entre un 25 y un 30 por ciento, según ha señalado a Europa Press el consejero delegado de la compañía, Francisco Caturla, uno de sus ocho hijos.

Inicialmente, la ahora presidenta de honor de la compañía elaboraba ese producto con los tomates de secano que recogían en su finca de Fontanars dels Alforins para utilizarlo en la cocina y repartirlo entre sus hijos. No obstante, con el paso de los años, aumentó la familia y también el número de pedidos por parte de parientes y conocidos, hasta el punto de replantearse la situación.

«Empezó casi de broma, pero acabó haciéndose bastante grande y llegó un momento en que mi marido y yo no dábamos abasto, estuvimos dos o tres años trabajando mucho, haciendo 300 kilos o más», explica Isabel Ruiz, quien se embarcó entonces en la aventura que le proponían algunos de sus hijos de comercializar ese producto, al que se han sumado después otros, siempre fieles a su filosofía de «producto artesanal, hecho a mano y de una calidad realmente buena».

En la actualidad, poseen dos líneas de negocio, una dedicada al producto ‘delicatessen’ –tomate frito, troceado, sin azúcar, bolognesa, pisto, con ajo, con cebolla o picante– y otra de gran consumo, que comercializan con la marca ‘Las Coronas’. Así, su facturación se reparte entre el 25 por ciento que representa ya la exportación, otro 25 por ciento destinado a gran consumo y el 50 por ciento restante, correspondiente a tiendas ‘gourmet’ de toda España.

Después de verano, además de iniciar su apuesta por Rusia, lanzarán en el mercado nacional su línea de potajes –con alubias, lentejas o garbanzos–, que se suma a otros productos como las migas o el dulce de leche, todos ellos con el lema de ‘calentar y servir’.

«Seguir la hoja de ruta marcada, poco a poco»

Caturla explica que, tras alcanzar el medio millón de botes anual, el objetivo de ‘Estilo Kikí’ consiste en «seguir la hoja de ruta marcada, poco a poco y sin ambición de quitar nada a nadie». «Lo más difícil ya está, ahora seguiremos asentando la marca despacito, intentando captar un país nuevo o dos al año», subraya.

Su madre, en la misma línea, se muestra «superorgullosa del éxito alcanzado» y sobre todo de comprobar, a sus 72 años, que su tardía aventura profesional le «permite, en un momento tan difícil como este, sacar adelante» a sus hijos. «Nunca imaginé que íbamos a llegar donde estamos llegando, con un producto que no conocía nadie y cuyo único secreto es ser muy casero». «Se hace todo a mano, igual que yo lo hacía, pero en cantidades más grandes y en una fábrica», explica.

De la cocina de su casa pasaron a una pequeña fábrica en la misma localidad y, de ahí, a una nave de 1.500 metros cuadrados también en Fontanars dels Alforins, donde está su finca ‘Las Coronas’ y desde donde aspiran a comercializar tres millones de botes en cinco años.

«El objetivo es alcanzar esa cifra y capacidad de fábrica tenemos, ya estamos preparados para poder servir tres millones de botes», apunta Caturla, quien considera que la juventud de la compañía hace difícil evaluar el efecto de la crisis sobre su actividad. «A lo mejor podíamos haber crecido más, pero hemos logrado mantener ese ritmo de entre un 25 y un 30 por ciento, creciendo en producto y con alicientes para seguir adelante como ese medio millón de botes».

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