Un estudio de la Universitat analiza los efectos de los antibióticos en la flora intestinal

9 de enero de 2013
CATEGORÍA:
Salud
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Un estudio coliderado por investigadores de la Universitat de València revela que los antibióticos producen cambios en los patrones microbianos y metabólicos del intestino. Los investigadores, que han analizado por primera vez las bacterias, genes, enzimas y moléculas que forman la microbiota intestinal de pacientes tratados con antibióticos, publican sus resultados en la edición digital de la revista ‘Gut’.

 

El intestino está poblado por un millón de bacterias, que se conocen en su conjunto como microbiota o flora intestinal, y que han coevolucionado en simbiosis con el ser humano. Según este trabajo, el tratamiento con antibióticos puede alterar esta simbiosis desde etapas tempranas de la terapia.

 

“Aunque alguno de los cambios producidos son oscilatorios y pueden ser revertidos al acabar el tratamiento, otros parecen irreversibles”, afirma uno de los coordinadores del estudio, Andrés Moya, que trabaja en el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Parc Científic de la Universitat de València.

 

La investigación, que ha contado con la colaboración del CSIC, el Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP), la Universidad CEU San Pablo y el Centro de Investigación Biomédica en Red en Epidemiología y Salud Pública (CIBEResp), ha comparado muestras de heces de un paciente tomadas antes, durante y al finalizar el tratamiento.

 

Cambios en las bacterias intestinales

La biodiversidad de las bacterias que forman la microbiota intestinal, según los resultados, disminuye durante el tratamiento hasta el punto de alcanzar su mínimo 11 días después del inicio. Sin embargo, al acabar la terapia, la situación se revierte y el paciente presenta una población bacteriana similar a la que tenía al principio.

 

Pese a ello, la investigación “demuestra por primera vez que las bacterias intestinales presentan una menor capacidad de producción de proteínas, así como deficiencias en actividades clave, durante y al finalizar el tratamiento”, explica Moya. En concreto, el estudio sugiere que la microbiota intestinal presenta una menor capacidad para asimilar hierro y digerir ciertos alimentos así como de producir moléculas esenciales para el organismo.

 

La investigación también muestra que bacterias poco abundantes en la flora intestinal, pero poco activas al inicio del tratamiento, sí lo son al acabar y pueden llegar a tener un papel relevante en el intestino como consecuencia directa de los antibióticos, según Manuel Ferrer, investigador del CSIC. “Dichas bacterias podrían ser responsables de mejorar la interconexión entre el hígado y el colon y la producción de moléculas esenciales como ácidos biliares, hormonas y derivados del colesterol”¸ indican los investigadores.

 

“Solo a través de un análisis global y detallado de diferentes antibióticos y personas de distinto origen geográfico, edad o estado de salud se pueden llegar a alcanzar terapias e intervenciones quirúrgicas personalizadas”, concluye Moya.

 

Ana Elena Pérez-Cobas, María José Gosalbes, Anette Friedrichs, Henrik Knecht, Alejandro Artacho, Kathleen Eismann, Wolfgang Otto, David Rojo, Rafael Bargiela, Martin von Bergen, Sven C. Neulinger, Carolin Däumer, Femke-A. Heinsen, Amparo Latorre, Coral Barbas, Jana Seifert, Vitor Martins dos Santos, Stephan J Ott, Manuel Ferrer, Andrés Moya. Gut microbiota disturbance during antibiotic therapy: a multi-omic approach. Gut. DOI: 10.1136/gutjnl-2012-303184.

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