Noriel Pavón, Presidente de ONCOVISIÓN: La receta para el éxito en el emprendimiento tecnológico es tener una buena idea, saber comunicarla y valorar al inversor

25 de octubre de 2012
CATEGORÍA:
Salud y Bienestar
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ENTREVISTA


Noriel Pavón es Físico Nuclear y máster en Electrónica Nuclear. Profesor de una universidad en Cuba, realizó su doctorado en España y fundó la empresa Oncovisión hace nueve años. El imparable desarrollo de la empresa, así como el éxito y la innovación de sus productos en el mercado médico le valieron obtener el Premio Rey Jaime I de Emprendimiento en 2012. Miembro de la Red VIT Salud, Oncovisión desarrolla distintos productos basados en tecnologías de sensores de Rayos Gamma, con multitud de aplicaciones en la investigación preclínica, así como en el diagnóstico precoz del cáncer y la terapia quirúrgica. En esta entrevista Pavón desvela cuál ha sido la evolución de su empresa, los retos a los que se ha enfrentado o la clave del éxito de sus productos, entre otros aspectos.

 

 

¿Cuáles fueron los inicios de la empresa Oncovisión? ¿Cuáles fueron las claves para arrancar y convertirse en lo que ya es una empresa considerada de éxito?

 

Cuando iniciamos el desarrollo de nuestra idea, y aún actualmente, había cámaras de diagnóstico para cuerpo entero, que son de grandes dimensiones, con un peso bastante considerable y con una sala específica destinada para ellas en las que hay una instalación radiactiva con un conjunto de condiciones para poder ser utilizada. Nosotros lo que pensamos fue en crear una cámara pequeña cuya principal ventaja fuera que, siendo portátil y mucho más pequeña, fuera también mucho más barata. Lo que descubrimos además, tras el contacto con los médicos, es que esa utilidad era positiva, pero que donde verdaderamente veían que podía tener un gran potencial era en poder utilizarla en el quirófano, porque las cámaras grandes no se pueden transportar del sitio donde están. Una vez creada una cámara pequeña transportable y conectable a un ordenador cualquiera, esa misma portabilidad la hace un producto completamente diferente y único. Se trata de una cámara gamma que no tenía un competidor en el campo de las cámaras gamma del momento en que se desarrolló. Por esa razón pusimos nuestro esfuerzo en desarrollar la idea y optimizarla en todo el funcionamiento para ese objetivo concreto. Así, una cámara que inicialmente estaba prevista para un panel de diagnóstico con un software específico para hacer un diagnóstico con varios parámetros, se convirtió en un software orientado a la adquisición de imagen en tiempo real en el quirófano, lo más rápido posible, para que el cirujano pudiera tener una imagen en muy corto tiempo con el fin de tener al paciente el menor tiempo posible en la mesa de operaciones.

 

Aunque nuestra idea inicial era distinta, desarrollamos una tecnología que es aplicable también a otros campos con muy poco esfuerzo adicional. Tuvimos, por tanto, la posibilidad de sacar un producto nuevo con muy poco desarrollo tecnológico y con el mínimo esfuerzo adicional que sirve también para el diagnóstico precoz del cáncer de mama: un equipo de tomografía de emisión de positrones, al que llamamos Mammi, que cuenta con una sensibilidad 25 veces superior a los equipos de cuerpo entero. Por el simple hecho de que está muy cerca de la región que se quiere observar, los sensores son de mucha mayor precisión y con eso se logra una eficacia mucho mayor en la detección del cáncer, con mayor anticipación a cualquier medio que exista, como puede ser la mamografía de rayos X, que tiene una tasa de fallos enorme comparado con lo que puede ofrecer nuestro equipo.

 

Por otra parte, la misma tecnología también es aplicable al campo preclínico. Así, hemos desarrollado un producto cuyo objetivo es hacer estudios con animales también en el ámbito de la lucha contra el cáncer. En un campo donde se prueban los medicamentos en animales que, según los resultados que se obtengan y habiendo sido evaluados por nuestros productos, podrán ser luego utilizados en humanos.

 

En definitiva, se trata de una batalla que se libra en tres frentes: el frente preclínico con los fármacos que se prueban en animales, el campo del diagnóstico precoz, con el ejemplo del Mammi, y el campo quirúrgico donde ya se busca la solución para aquellos pacientes que han pasado por las etapas anteriores.

 

Por otro lado, también estamos desarrollando otros productos orientados específicamente a la detección del cáncer del cerebro y de colon, por ejemplo, así como otros órganos internos, con la misma ventaja que nombrábamos antes: que nuestros equipos son mucho más sensibles de lo que pueden ser los equipos de cuerpo entero.

 

Para llevar a cabo la idea inicial y montar la empresa es necesario financiación. Háblenos de su caso. ¿Cómo accedió a ella? ¿Cuáles fueron sus fuentes principales y qué dificultades encontró?

 

Nosotros teníamos un desarrollo de un producto potencial pero necesitábamos poder convertirlo en un producto real. No era más que un prototipo y pasar de ahí a un producto vendible en el campo sanitario requiere un conjunto de marcados y estructuras. Lo óptimo no es crear una empresa para eso, sino buscar una empresa del sector que tenga interés en ese producto y desarrollarlo a partir de ahí. Eso habría sido mucho más rápido. Pero como no fue posible, decidimos crear directamente la empresa.

 

Para ello tuvimos que contar en principio con aportaciones de amigos, pero eran insuficientes y, por eso, acudimos al CEEI Valencia donde localizamos un espacio a un precio bastante aceptable, donde poder empezar. A partir de ahí empezamos a buscar financiación mediante proyectos y mediante algún préstamo. Desde mi punto de vista, pedir un préstamo al CDTI me parece crucial, porque su préstamo inicial es para emprender directamente. Este préstamo tiene sus exigencias, desde luego, porque se tiene que llegar a cierto nivel de capital para recibirlo. La ventaja era evidente y, desde luego, buscamos la financiación nosotros mismos, tanto del grupo de emprendedores como del socio inversor que se ofreció inicialmente, y con ello hicimos la ampliación necesaria para lanzarnos. Luego hemos ido desarrollando pequeños proyectos poco a poco, porque nuestro capital era bajo, pero a medida que hemos ido añadiendo más pequeños proyectos con resultados, fuimos adquiriendo prestigio en la capacidad para ir adquiriendo proyectos mayores y también algunas ventas, lo que hacía que, teniendo en cuenta que los productos que desarrollamos tienen un precio elevado, pudiéramos seguir reinvirtiendo en nuevos proyectos. Accedimos a préstamos de bancos y también hemos conseguido involucrar a la empresa de capital riesgo Bullnet Capital, que puso un fondo importante para desarrollar la línea inicial de nuestros productos, como es el caso del Sentinella, y también para iniciar el desarrollo de la tecnología PET. Fue ahí donde empezamos de verdad con una financiación para ese desarrollo, basado en una tecnología anterior. Luego lo que sucedió es que con el tiempo desarrollamos esa tecnología, nos salió bien y el mercado nos pedía más, no solamente quería un PET, sino que también se necesitaba un sistema multimodal con PET y con CT de Rayos X, que no estaba previsto en el plan inicial, lo que supone nueva inversión o por lo menos que hubiera un retorno de ganancias para poder llevarlo a cabo. Y eso ha pasado con otros productos que no estaban planteados en el desarrollo inicial, pero que han dado una serie de oportunidades que hemos aprovechado.

 

Cabe destacar también que hemos optado a proyectos tanto regionales, como nacionales y europeos. Los europeos son muy apetecibles porque dan una gran parte a fondo perdido. En concreto, el proyecto Mammi es un resultado directo de un proyecto europeo que se ha cumplido al pie de la letra e incluso hemos acabado un poco antes de lo que estaba previsto: un par de meses antes de haber finalizado el plazo del proyecto, el producto ya estaba en venta. El hecho de haber sido capaces de desarrollarlo y venderlo con la financiación que se nos ha otorgado, repercute en que nosotros, a la hora de pedir proyectos, se nos toma muy en cuenta.

 

Ya ha nombrado algunos, pero háblenos de los proyectos más destacados que lleva a cabo Oncovisión y en qué medida estos proyectos favorecen la transferencia de tecnología y la difusión de la ciencia.

 

Partimos de la base de que somos científicos que desarrollamos la física de partículas. Es decir, estamos hablando de partículas elementales. Los sensores con los que trabajamos nosotros detectan rayos Gamma que provienen de un núcleo atómico, detectan rayos X que provienen de las capas electrónicas del átomo y detectan los rayos Gamma en pares producidos por las aniquilaciones de positrones, que es la antipartícula del electrón. Estamos hablando de un entorno en el cual hay antimateria, reacción nuclear, rayos Gamma, rayos X, rayos nucleares, rayos atómicos… En definitiva, es tecnología que proviene de una física de partículas elementales. La hemos aplicado principalmente a medicina y específicamente al desarrollo de equipos de tecnología de imagen molecular. Nos dedicamos tanto a diseñar y desarrollar, como a fabricar y vender tecnología muy innovadora, que es para imagen molecular y que tiene un destino de uso en oncología, específica y principalmente, pero también en neurología y cardiología. Estos equipos son realmente muy exclusivos, ya que los que hemos desarrollado no tienen en algunos casos competencia y en otros casos en los que sí que hay desarrollados equipos similares, lo que nosotros desarrollamos tiene unas ventajas muy definidas que también son exclusivas respecto al resto.

 

En el campo de la cirugía radioguiada tenemos el equipo Sentinella, que está dirigido actualmente a más de 20 aplicaciones para procedimientos clínicos y quirúrgicos muy diversos como por ejemplo determinar la muerte cerebral de un paciente o localizar con alta precisión la posición del adenoma paratiroideo en las intervenciones de hiperpatiroidismo primario, gracias a lo cual se propician incisiones menores de un centímetro e intervenciones mucho más cortas, evitando así aperturas mucho más grandes en las que se tenga que localizar y palpar toda la tiroides para llegar a la lesión. Otro ejemplo es la técnica ROLL que sirve para determinar los márgenes limpios de un tumor para que, a la hora de extraerlo, comprobar con la cámara que se ha extraído todo el tumor en su totalidad. Esta técnica, que se lleva a cabo con el equipo Sentinella, también se aplica para la detección, localización y extracción de los ganglios denominados centinela en diversas patologías cancerígenas. La migración de las células cancerígenas se produce en un porcentaje muy elevado de casos a través del sistema linfático. Al funcionar los ganglios linfáticos como filtros, retienen las células cancerígenas durante mucho tiempo. Lo que se trata en este caso es, una vez localizado el cáncer, buscar por las zonas cercanas cuáles son los ganglios centinela, aquellos que se encuentran los primeros en la cadena linfática y que recogen todos los residuos que salen del tumor. Localizándolos con la cámara, conseguimos que se mejore el pronóstico para determinar si el paciente puede tener una metástasis y luego podría desarrollar el cáncer o si está limpio. En este último caso se tiene una certeza muy elevada de que esta persona está completamente curada solo con extraer el tumor, mientras que en procedimientos anteriores, como en el caso del cáncer de mama, lo que se hacía era extraer hasta unos 50 ganglios de toda la cadena de ganglios del brazo, lo que afectaba de una manera importante y para el resto de su vida a la movilidad de la paciente, así como suponía recibir tratamientos paliativos para los dolores y otros efectos adversos ocasionados por este procedimiento.

 

En el campo preclínico tenemos el equipo ALBIRA, que inicialmente era un Tomógrafo de Emisión de Positrones que sirve para organismos más pequeños, en este caso ratones y ratas de laboratorio, con el que se podía ver la funcionalidad tumoral. Sin embargo, los investigadores pedían también poder ver la estructura anatómica del tumor, para lo que se hizo necesario añadir dos nuevas aplicaciones al sistema. Por un lado, la Tomografía de Rayos X o CT, que desarrollamos nosotros con una tecnología mucho más conocida, libre de patentes y marcas, y, por otro lado, utilizando también nuestra propia tecnología de la Cámara Gamma Sentinella, hemos añadido la cámara de este dispositivo con una estructura especial mediante un sistema que es capaz de rotar y hemos construido lo que se denomina un SPECT (Single Photon Emission Computarized Tomography), es decir, un Tomógrafo de Emisión de Fotón Gamma Único. Estas tres modalidades son las que están incluidas en el equipo ALBIRA, que permite abordar al animal desde el punto de vista de una imagen funcional PET, una imagen morfológica CT y otra funcional SPECT y, además, fundirlo. Esto da una visión bastante completa que le permite al investigador probar sus medicamentos, localizar tumores, localizar su expansión, analizar y determinar cómo cambia un tumor en función de las sustancias que le inyecten, como es la quimioterapia para hacer un tratamiento contra un cáncer específico, etc. Este equipo, por tanto, permite hacer toda una serie de estudios dinámicos.

 

Lo más interesante de todo es que estamos utilizando la misma tecnología en los tres equipos mencionados. Una tecnología, la de los cristales continuos, que hemos desarrollado nosotros y para la que no hay competencia actualmente en el mercado. La competencia utiliza un tipo de tecnología que tiene sus ventajas y sus inconvenientes y la nuestra refuerza mucho más las ventajas. Tenemos una experiencia que ningún equipo del mundo tiene en utilización de cristales continuos y que desarrolla una gran ventaja: su altísima sensibilidad, en oposición con los cristales pixelados que son los que utiliza la competencia. Sobre todo, porque utilizamos un cristal que tiene sensibilidad en todo su volumen, mientras que los pixelados tienen pérdidas en las uniones de sus píxeles.

 

Oncovisión es claramente un caso de éxito y prueba de ello es que ha sido galardonada con el Premio Rey Jaime I de Emprendimiento en su última edición. ¿Qué ha supuesto para la empresa y para usted como fundador recibir este galardón?

 

El premio es muy importante para la empresa porque sirve para que todo el mundo ponga los ojos sobre nosotros. Los premios son muy prestigiosos y en este caso la empresa puede tener necesidades de inversores e incluso empresas de comercialización que puedan estar interesadas. El hecho de que aparezcamos públicamente premiados ayudará a que nos tengan en mente y nos tomen en cuenta. Personalmente, recibir este premio es como recibir la bendición de alguien prestigioso y eso es siempre positivo, porque nos puede ayudar a conversar con personalidades que antes de esto no nos conocían ni tendrían por qué tomarnos en cuenta. Es un punto bueno para que nos visualicen en un entorno en el que podemos sacar un provecho mutuo. Y, lógicamente, se da a conocer a los ciudadanos lo que hacemos, que es algo bueno y positivo para ellos. Lo bueno de nuestra empresa es que nuestros productos son buenos para todo el mundo. Hay empresas que hacen productos que son útiles para unos pero no para otros. Nosotros ofrecemos un producto que todo el mundo aprueba porque estamos luchando contra el cáncer con, probablemente, la mejor tecnología del mundo, gracias al personal que trabaja con nosotros que es principalmente científico. De hecho, el 80% de la plantilla está formada por ingenieros superiores, investigadores, científicos y doctores, por lo que, además, estamos dando cabida a personal investigador que no tiene que emigrar al extranjero para trabajar en una empresa en la que hay una alta tecnología que requiere de sus conocimientos. Esas personas, además, lo que reciben a cambio es el poder sentirse bien en el lugar en el que trabajan y, de paso, somos más de 60 personas cuyas familias viven gracias a esto. Es, por tanto, gratificante en todos los sentidos.

 

¿Cuáles cree que son los factores fundamentales para que una idea se ponga en marcha y llegue a buen fin? ¿Qué le diría al futuro emprendedor para animarle a dar el paso dada la coyuntura económica actual?

 

Es muy difícil dar una receta global para todo tipo de emprendimiento, pero creo que, al menos en el campo tecnológico, es importante tener una buena idea. No se puede tratar de vender algo que no sea bueno. Una vez se tiene la idea yo creo que es muy importante saber comunicarla y buscar las personas adecuadas que te puedan escuchar y que puedan valorarte. También es importantísimo que uno valore al empresario, que no tiene conocimientos científicos y que no sabe lo que se le vende, sabiendo comunicarle claramente las ventajas que va a tener en recibir esa tecnología y apoyarla para que sea desarrollada. Es importante, por tanto un mutuo acercamiento. Es cierto que hay empresarios que no valoran lo que significa esa tecnología, pero también sucede generalmente que hay emprendedores científicos que no valoran la aportación del empresario. La parte difícil es llegar a ese primer acuerdo en el que se decide qué aporta cada uno y cómo se dividen las participaciones cada uno. Yo creo que eso es esencial saber manejarlo.

 

Una vez superado eso, otro punto clave es conseguir la financiación, ya que es difícil encontrar con la idea inicial una fuente de financiación que resuelva la empresa hasta el final. Todo sucede por fases. Hay inversiones de pequeño nivel, intermedias y grandes. Nunca se debe acceder directamente a una inversión grande porque antes se tiene que haber demostrado mucho. Los grandes inversores están esperando siempre que lo que se les muestre sea algo ya muy vendible, acabado y que tenga un mercado claramente definido. Y eso no ocurre normalmente. La idea que surge viene de la mente del emprendedor, que ha tenido una visión más a largo plazo que los demás no han visto todavía, por lo que hay que empezar desde abajo y saber encontrar el nivel de inversión que se necesita, convencer al inversor y pactar con esta misma persona que, a su vez, luego también formara parte del proyecto emprendedor cuando la idea tenga que enfrentarse a una segunda fase de inversión. Todo eso debe ser resuelto desde el principio y tener mucha claridad en esa comunicación.

 

Yo he vivido en el entorno del CEEI Valencia y he visto muchos casos de empresas emprendedoras y la cantidad de este tipo de empresas que muere es alta. Hablando con los trabajadores y conociendo los casos en profundidad uno se da cuenta de que el mayor problema es la incomunicación entre los emprendedores y los inversores. Por esa razón, el tener un plan de negocio claro también es importante. Muchas veces se quedan cortos por la falta de visión empresarial del emprendedor que tiene que tomar más en cuenta lo que un empresario sabe sobre cómo un proyecto sale adelante, es decir, de lo que es un plan de negocio. Ambas partes tienen que fundirse, tener una comunicación muy fluida y tener clara la visión a medio y largo plazo.

 

Muchas veces en el proceso de éxito de una empresa emprendedora, el papel de las incubadoras, viveros empresariales y los parques científicos es importante. De hecho Vd. ya ha nombrado al CEEI Valencia. ¿Cómo fue su experiencia en este aspecto?

 

Mi experiencia en el CEEI fue muy buena. A mí me parece una gran clave para facilitar el emprendimiento. Creo que igual podríamos haber creado la empresa sin el CEEI, pero nos habría costado el doble o el triple en esfuerzo, en tiempo y en dinero. Allí nos ofrecieron un local que estaba adaptado a nuestras necesidades de ese momento. Cuando necesitamos más, nos cambiaron de local, cuando volvimos a necesitar más, nos volvieron a cambiar, cuando necesitamos más espacio, nos lo volvieron a ampliar y cuando ya éramos demasiado grandes, nos pidieron que nos fuéramos de la mejor manera posible (risas). Era lo que tocaba y lo comprendimos perfectamente. Yo tengo un muy grato recuerdo de aquella experiencia. Nos ayudaron mucho. Hacen muchos seminarios para emprendedores. Buscan a personal de empresas o de consultoras que son reconocidos y que tienen una experiencia en ayudar a los emprendedores. Lo ponen a su disposición de manera gratuita en prácticamente todos los casos. Es una gran plataforma que resuelve el problema de arrancar con bajo nivel de coste y con una serie de ayudas intangibles, pero muy importantes, que tienen que ver con esta asesoría continua que van dando a los emprendedores.

 

Consolidada la empresa después de su paso por estos organismos de apoyo, llega el turno de la internacionalización. ¿A qué retos se enfrenta Oncovisión en este ámbito? ¿Cuál es su tipo de cliente?

 

La internacionalización era un tema que teníamos claro desde el inicio mismo de la empresa porque veíamos que el mercado en el que estábamos desarrollando el producto era un mercado internacional. Pero para ello, primero tuvimos que validar que los equipos que fabricábamos eras muy funcionales y libres de fallos y una vez realizado eso, lo que convenía era lanzarlos al mercado mundial. El cuándo salir era una cuestión meramente de financiación. En esa fase nos apoyamos del ICEX y del IVEX en algunas ocasiones para ponernos en contacto con mercados internacionales como en Estados Unidos u otros países. También fuimos a la búsqueda de los mejores médicos del mundo en las ramas en las que nosotros estamos trabajando. En los congresos científicos hablábamos directamente con ellos y, en su defecto, los localizábamos de la forma que fuera necesaria para ofrecerles un producto muy bueno, completamente innovador y rompedor. Un producto con el cual ellos podían seguir mostrando que eran los mejores a través de publicaciones después de haberlo utilizado y haciendo que, tras la prueba, ellos mismos lo validaran, convirtiéndolos así de manera indirecta en codesarrolladores. Lo que ellos dicen y sugieren antes de que el producto salga al mercado como tal se convierte en parte del producto final. Lo bueno de esto es que, siendo ellos los mejores, son gente ávida de tener retos que cubrir e investigaciones que hacer y luego lo publican, lo que hace que los demás les sigan. Por tanto, nos sirven de evidencia por una parte y de referencia por otra.

 

Sin duda, este aspecto es fundamental para la venta de sus productos, pero ¿qué papel cree que ha jugado el marketing empresarial en el desarrollo y posterior éxito de su empresa?

 

El marketing es muy importante pero para poder realizarlo es esencial tener la evidencia, las referencias y también los aliados en este caso. Nosotros tardamos en conseguir una serie de sinergias por las cuales los mejores médicos e investigadores del mundo sean nuestras referencias y también sean nuestros aliados. En primer lugar porque les damos un servicio de excelencia a ellos en particular, incluso un año o dos antes de que el producto llegue al mercado, teniendo en cuenta que el producto no se considera producto médico hasta que los gobiernos dan las licencias para ellos. Nuestros técnicos trabajan codo con codo con estos científicos y están todo el tiempo captando lo que el médico necesita, con lo que se convierten en analizadores y evaluadores del producto. Al ser personas tan reconocidas, luego ellos hacen sus exposiciones en congresos o publicaciones y transmiten el uso del producto como algo propio. Por otro lado, los que les ven o les leen saben que ese producto lo hemos hecho nosotros y no ellos, que se trata de una empresa que está en otro país. Si ven que una persona de referencia habla de un producto que hace otro, deducen que el producto es bueno. Y lo más importante, les hablan en su lenguaje, desde la perspectiva del médico. De esta manera, los propios médicos que han colaborado en la elaboración del producto, son los que, sin pretenderlo, hacen el marketing de nuestro producto. Gracias a esto, nosotros no hemos pagado nunca publicidades en revistas especializadas, por ejemplo.

 

¿A qué dificultades añadidas se enfrenta un emprendedor o una empresa que provee un producto o servicio dirigido al sector sanitario y, por tanto, sometido a exigentes requisitos previos a su puesta en el mercado?

 

Antes de decidir montar una empresa, lo primero que hicimos, sabiendo que estas cosas eran difíciles, fue tratar de que una empresa del sector que tuviera experiencia en ello desarrollara el producto perfectamente comercializable. Yo mismo me acerqué con un prototipo de hace unos diez años de la cámara gamma actual y les mostré el producto, les animé a desarrollarlo y venderlo a un mercado que ya habíamos identificado y que, además, estaba avalado por médicos y científicos que lo consideran útil. Aunque no estaba en sus planes esta línea de producto, llegaron a analizarlo, aunque finalmente decidieron que no podían hacerlo. Visto esto y siendo conscientes de que no se podía perder la oportunidad para desarrollar y comercializar este producto, decidimos crear una empresa para ello. Pero hacer eso significaba gastar gran cantidad de nuestro tiempo, nuestros recursos y nuestra energía sólo en crear la empresa. Con el prototipo ya hecho, nos llevó un año fundar la empresa y ponerla en el estado de crear productos. Esa dificultad de empezar fue un problema importante al que tuvimos que enfrentarnos y, además, sin mucha gente que pudiera apoyarnos y darnos el conocimiento necesario para gestionar bien la puesta en marcha. Por ello, tuvimos que buscar apoyo en personas especializadas en determinados ámbitos y creamos un grupo de trabajo multidisciplinar que se dedicara a desarrollar esa cámara gamma y, al mismo tiempo, a desarrollar en la empresa de manera global lo que sería un sistema ISO 9001, que era fundamental para pasar a la fase de marcado CE, por ejemplo. Con todo ello empezamos, pero nuestra inexperiencia nos retrasó mucho en algunos trámites que se podrían haber tenido antes. La suerte que tuvimos fue que no había otros que nos hicieran una competencia inmediata. Ese fue un momento en el que pudimos morir como empresa. Si se hubiera tratado de una tecnología que hubiera estado disponible en conocimiento público, otros podrían haberse adelantado. Ahora ese problema ya no lo tenemos porque cuando desarrollamos un nuevo producto lo desarrollamos y ya está marcado. El proceso de marcado es parte del desarrollo. La financiación es otro punto importante, que siempre está presente y que hace necesario saber en todo momento qué gastos va a llevar el proyecto. A día de hoy el marcado somos capaces de sacarlo en 3 meses, con lo cual el ratio ha mejorado mucho.

 

Como sabe, VIT Salud intenta ayudar a fomentar la innovación y la transferencia de tecnología entre las empresas y entidades del sector a través del networking y la información de utilidad. ¿En qué medida ve útil el papel de esta Red para las empresas que la integran?

 

Aquí veo una utilidad real en dos entornos para una empresa. En la parte inicial hay un conjunto de proveedores de diseño, de desarrollo e incluso de materiales que podrían ser parte de esa red y que pueden utilizarla para entrar en contacto con la empresa. Si la empresa tiene una serie de necesidades, a través de esta red, alguien puede ofrecer sus servicios para facilitar cualquier gestión que necesite. Y luego, por otro lado, está la parte en la que el producto ya está acabado y necesita ser validado clínicamente. En este caso, la red puede ser muy útil porque si la empresa tiene contactos de instituciones, centros de investigación o centros médicos, esto podría ayudar mucho a que hubiera un proceso de validación. Algunos de estos centros podrían ser los centros específicos donde se llevaran a cabo las investigaciones y los desarrollos que permitieran que el producto estuviera validado y terminado para luego hacer el marcado, ya que, como hemos comentado, los marcados requieren esa validación clínica previa. Creo que eso es muy útil en la red e incluso, incrementando esa función, podría ser mucho más. Y aún sería más interesante con la internacionalización de la red, sobre todo de cara a la fase final de validación, donde es más esencial que ésta sea internacional, principalmente porque los productos que se desarrollan, como es el caso de mi empresa, tienen que ser internacionalizables, hay que venderlos en el extranjero porque el mercado español como tal es algo pequeño en el campo médico. Productos como los nuestros son muy costosos y es necesario ampliar el mercado lo máximo posible para revertir los gastos y obtener rentabilidad.

 

 

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