Mejorar la vida del paciente oncológico a través de la psicología, objetivo de un nuevo máster
En España, cerca de 1.500.000 personas padecen cáncer, según los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), siendo los cánceres más frecuentes el de mama y el colo-rectal. En hombres el más prevalente es el cáncer de próstata, seguido del cáncer de vejiga y del cáncer colo-rectal, mientras que en mujeres sería el cáncer de mama, el cáncer ginecológico y el colo-rectal. Los numerosos estudios demuestran que, a lo largo de la trayectoria de la enfermedad, aproximadamente un tercio de los pacientes oncológicos presentará niveles de malestar emocional que interferirán significativamente en su vida diaria. Sin embargo, sólo un 10 por ciento de estos pacientes reciben asistencia psicológica. Así lo explica la codirectora del Máster en Psico-Oncología de la Universitat de València, la catedrática del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos Elena Ibáñez.
Este máster es el primero que se realiza on-line sobre esta temática a nivel nacional. Además, el grupo de investigación que lidera la profesora Elena Ibáñez en la Universitat de València es pionero en España en esta área, lo que también ha respondido al enorme desarrollo de la psico-oncología en los últimos años en España. Aunque la directora del máster explique que en todos los hospitales públicos españoles existe la figura del psico-oncólogo, el problema que denuncia es que, en muchas ocasiones, «los psicólogos que trabajan en estas instituciones no son personal propio de la institución, sino que están al servicio de la Asociación Española Contra el Cáncer, por lo tanto dependen de los recursos de que disponga dicha asociación y no de la hacienda pública, como sería de desear».
Este máster surge con la principal misión de formar a profesionales de la salud para que sepan dispensar un tratamiento integral al enfermo oncológico, partiendo del reconocimiento de que, desde el comienzo hasta el final de su enfermedad es, ante todo y sobre todo, una persona, subraya Ibáñez. En este sentido, la directora del máster explica que en la mayoría de los másteres de Psicología se enseña a prestar atención psicológica a los denominados enfermos mentales: que si debemos tratar la depresión, que si la ansiedad, que incluso los trastornos adaptativos son objeto de tratamiento. «Lo que nosotros pretendemos es sacar a los enfermos de cáncer de esa concepción, que se les vea como personas normales que les ha tocado luchar con una enfermedad que atenta contra su supervivencia que, por tanto, tienen que poner en marcha todos los recursos psicológicos de los que disponen. Esta es la finalidad fundamental, que la gente aprenda a diferenciar ‘problemas de vida’, que pueden afectar a cualquiera y que necesitan de toda nuestra atención y dedicación, de los problemas mentales», remarca Ibáñez.
Optimismo para vivir como antes
Un paciente ‘optimista’ muestra mayor adherencia a los tratamientos y colabora mejor con el médico en el seguimiento y control de sus terapias. Como explica la catedrática Ibáñez, muchos estudios han contrastado empíricamente que son muchos los enfermos de cáncer que han aprendido a vivir su vida de una forma mejor que como la vivían, es decir «han sabido sacar de la experiencia de haber tenido un cáncer aspectos positivos para su vida posterior y esto es algo que pueden aprender a hacer todos los enfermos de cáncer con un poco de ayuda psicológica».
Lo normal es que cuando uno se entera de que tiene una enfermedad que atenta contra su vida se deprima, «el valor está en aprender a superar esa depresión y volver a enfrentarse a la vida, conseguir eso es función del profesional de la psico-oncología», afirma Ibáñez. Se trata, como remarca la codirectora del máster, de que el paciente vuelva a ‘vivir como antes’, expresión que constituye el título de un programa de voluntariado puesto en marcha con mujeres que han padecido cáncer de mama en la Comunitat Valenciana que, siguiendo un protocolo norteamericano, ha coordinado el equipo de investigación en el que participa la dirección académica del máster.
Los profesionales en psico-oncología deben ser capaces de enseñar al paciente nuevas estrategias de solución de problemas que le ayuden a enfrentarse de una forma activa con su enfermedad. Estos profesionales, como indica Ibáñez, deben trabajar con el paciente, mostrándole cómo la mejora del estado emocional del enfermo ayudar a reducir el tiempo de permanencia en los hospitales y cómo la modificación de aquellos hábitos de vida nocivos puede reducir la posibilidades de recaída y cómo si esta última se diera, también existen programas de ayuda psicológica para los enfermos que recaen o para los que se enfrentan a una enfermedad terminal.
Aunque cada tratamiento psicológico se adapta a las necesidades específicas de cada paciente, subraya Ibáñez, en la actualidad, estos tratamientos son múltiples y variados, desde el Mindfulness hasta las terapias basadas en la implantación de emociones positivas, pasando por las terapias más tradicionales como las experienciales o la psicología adyuvante.
Premio Nacional Fundación Lafourcade-Ponce
El equipo de investigación responsable de este máster de especialización ha obtenido recientemente el Premio Nacional de la Fundación Lafourcade-Ponce por la investigación aplicada al proyecto Terapia Cognitiva basada en Mindfulness y Cáncer de Mama. Este premio supone un reconocimiento a la labor desarrollada por la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (FIVO) y, en concreto, a su unidad de Psico-Oncología y al equipo de investigación al que pertenece la codirectora del máster. «Siendo un poco responsables del auge de esta disciplina en España, después de haber participado en la dirección de la primera tesis doctoral sobre psico-oncología en España y haber investigado tratamientos novedosos en el área, creemos que éste es el camino a recorrer para conseguir avances relevantes en este campo en el futuro», precisa Ibáñez.
Más información: Máster en Psico-Oncología