Investigadores de la UPV desarrollan unos sensores capaces de descubrir fraude en la carne congelada

16 de enero de 2013
CATEGORÍA:
Salud
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Investigadores de la Universitat Politècnica de València han desarrollado unos sensores capaces de determinar fraude en la carne congelada, es decir, que permiten determinar si los productos han sufrido una ruptura de la cadena del frío antes de ponerse a la venta, lo que afecta a la calidad final del alimento y está prohibido por la legislación actual.

 

El sistema ha sido creado por los científicos Pedro J. Fito y Marta Castro, del Instituto de Ingeniería de Alimentos para el desarrollo (IuIAD), y ahora, en colaboración con Ricardo Colom, del Instituto de Instrumentación para Imagen Molecular (I3M), se está realizando el equipo.

 

El sistema permite comprobar si la carne ha pasado ya por un proceso de congelación-descongelación-congelación antes de llegar al punto de venta. Cuando esto sucede, la carne se rompe parcialmente y se deteriora un poco, lo que facilita que esté «más al alcance de microorganismos y patógenos y, por esa razón, la legislación es tan dura», ha explicado, en declaraciones a Europa Press, el investigador Pedro Fito.

 

Se trata de una práctica «muy difícil de controlar», añade el científico, que explica que se han diseñado diferentes técnicas, como etiquetas que cambian de color, para intentar evitarlo. «Pero incluso así es sencillo cambiar el empaquetado» para ocultarlo, ha apostillado.

 

El sistema que ha desarrollado la universidad valenciana trabaja con la radiación que utilizan los hospitales para detectar problemas musculares, como la que se emplea en una resonancia.

 

«Analizamos cambios en la estructura de esa carne que provoca la descongelación y podemos predecir, no solo si se ha descongelado, sino que ademán es posible detectar hasta tres niveles, es decir, hasta tres veces en las que se haya descongelado», destaca.

 

INFORMACIÓN CON UN «DISPARO»

 

La investigación ha sido probada ya en laboratorio, se ha patentado y ahora se está trabajando en el desarrollo industrial, avanza Fito. La previsión es crear un artefacto de mano, con una forma similar a la de una pistola de lectura de códigos de barras, que un inspector pueda trasladar a un descuartizador o matadero para, con un «disparo» sobre los productos, obtener la información y constatar su correcta conservación.

 

La duración del proyecto es de un año por lo que se espera que proyecto a final de 2013 se puede ofrecer.

 

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