Investigadores de INCLIVA asocian el estrés oxidativo con el cáncer de mama

17 de diciembre de 2014
CATEGORÍA:
Salud y Bienestar
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Investigadores de INCLIVA especialistas en el cáncer de mamá han asociado modificaciones genéticas en genes del sistema redox a la sensibilidad al cáncer de mama. Las alteraciones en el equilibrio de la oxidación podrían estar implicadas en el origen, la promoción y la progresión de cáncer. La investigación titulada “Oxidative stress in susceptibility to breast cancer: study in Spanish population”, se acaba de publicar en la revista internacional BMC Cancer.
(http://www.biomedcentral.com/1471-2…).

 

El estudio ha sido realizado por el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA y el Hospital Clínico de Valencia, liderado por la Dra. Pilar Eroles perteneciente al Grupo de Investigación de biología del cáncer de mama que dirige la catedrática de la Universitat de València Ana Lluch, Jefa del Servicio de Oncología y Hematología del Hospital, en colaboración con la Unidad de Genotipado y Diagnóstico Genético del Instituto, el Hospital Río Hortega de Valladolid y el CNIO.

 

Pilar Eroles explica que “nuestro material genético contiene pequeñas variaciones en la secuencia del ADN entre individuos de una población que aunque no se hayan identificado como causantes directas del cáncer pueden predisponer a su desarrollo. La alteración del equilibrio redox de la célula genera especies de oxígeno y nitrógeno reactivas que pueden causar lesiones en el material celular incluyendo modificaciones en el ADN, conduciendo a largo plazo a transformaciones malignas y la iniciación y progresión del cáncer. De ahí la importancia de conocer las modificaciones genéticas en genes involucrados en estas vías, así como de los implicados en la reparación de los errores introducidos en el ADN. En nuestro estudio quisimos ver si existía una relación entre genes responsables de los mecanismos de oxidación y reducción de nuestro organismo con el desarrollo del cáncer de mama. Según el estudio, las diferencias interindividuales en la regulación de los procesos de oxidación/reducción podrían explicar una parte de la variabilidad en la sensibilidad a desarrollar este cáncer”.

 

La investigación se ha realizado mediante el análisis de 76 polimorfismos presentes en 27 genes relacionados hasta ahora con el estrés oxidativo. Un polimorfismo es una variación en la secuencia de un lugar determinado del ADN entre los individuos de una población, esto nos permite diferenciarnos de otros de la misma especie.

 

En el estudio, realizado en dos fases, han participado más de 2.400 mujeres. En la primera fase se examinaron 1176 muestras de sangre, 493 de pacientes con cáncer de mama y 683 sanas, como grupo control. Se seleccionaron 10 polimorfismos para una segunda fase de validación en 430 muestras procedentes de pacientes con cáncer de mama y 803 mujeres sanas. Seis polimorfismos pertenecientes a 5 genesrs1052133 (OGG1), rs406113 y rs974334 (GPX6), rs2284659 (SOD3), rs4135225 (TXN) y rs207454 (XDH)– tuvieron relevancia al estar presentes de forma significativa en las muestras procedentes de los pacientes con cáncer de mama, no así en el grupo control.

 

Según la Dra. Eroles, “los datos del estudio sugieren que existen diferentes genotipos en los genes que intervienen en el funcionamiento de la oxidación y reducción de nuestro cuerpo que afectarían a la sensibilidad a desarrollar cáncer de mama. Los seis polimorfismos se encuentran en cinco genes OGG1, GPX6, SOD3, TXN y XDH. Estas asociaciones no se habían descrito anteriormente, salvo en el caso de OGG1 donde otras investigaciones lo habían asociado a cáncer de pulmón y de forma controvertida a cáncer de mama. En este caso particular, una expresión incorrecta de la proteína codificada por el gen OGG1 podía interferir con la reparación adecuada del material genético. En la práctica clínica los resultados nos pueden ayudar a predecir qué mujeres pueden ser más propensas a padecer cáncer de mamá”.

 

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