Lecturas Post-Covid: «Reconstruir mejor, reconstruir más verde»

2 de junio de 2020
CATEGORÍA:
COMPARTE:
TW - FB
  • Emilio Servera, técnico del I+D+i en Agroalimentación de Las Naves, inaugura una serie de #LecturasPostCovid.
  • Con ellas el centro de innovación pretende dar a conocer el trabajo que se lleva a cabo en cada una de las áreas de trabajo a través del punto de vista de nuestras técnicas y técnicos.

Hace tiempo que el pasado dejó de ser una referencia válida para poder planificar nuestro futuro. Formamos parte de sistemas socio-ecológicos tan complejos, interconectados y transformados, que ni siquiera los modelos más avanzados nos permiten determinar con precisión a qué nuevos desafíos nos enfrentaremos en el futuro. ¿Cómo podemos entonces estar listos para gestionar lo que no podemos predecir? ¿Cómo podemos prepararnos para lo desconocido?

Brian Walker y David Salt definen la resiliencia como aquella capacidad de un sistema que le permite absorber una perturbación y reorganizarse de tal modo que sea capaz de seguir funcionando de manera similar a como lo hacía, manteniendo su identidad. Distinguen además entre resiliencia específica (aquella orientada a afrontar perturbaciones concretas, previamente conocidas o sospechadas) y resiliencia general (la capacidad de un sistema para gestionar todo tipo de perturbaciones, incluidas aquellas que aparecen de manera inesperada).

La resiliencia se puede construir (y destruir) a diferentes escalas, incluida la urbana. En los últimos años, se viene realizando un trabajo muy importante en ciudades como València en el desarrollo de proyectos de adaptación al cambio climático, que nos permiten construir resiliencia específica ante amenazas conocidas, como por ejemplo las olas de calor, que sabemos que tendremos que afrontar cada vez con mayor frecuencia e intensidad. A la vez, en contextos de incertidumbre también es necesario desarrollar nuestra resiliencia general, aquella que nos servirá para, como dijo Buzz Holling, poder desarrollar una “gestión orientada a la sorpresa”.

La crisis derivada de la pandemia actual nos ha recordado esa necesidad de construir resiliencia general. También nos ha reforzado en algunos de los criterios que ya se empezaban a seguir en el diseño de planes y proyectos de adaptación al cambio climático. Es necesario priorizar las medidas de resultados garantizados, aquellas de las que sabemos seguro que no nos vamos a arrepentir en ningún caso, por ejemplo porque resultan beneficiosas desde múltiples puntos de vista. Y tenemos que planificar esas medidas con la mirada puesta en 2100, que es el horizonte temporal típico con el que trabajan las proyecciones climáticas, pero sin olvidar que en 2020 el clima, y muchas otras cosas, ya han cambiado profundamente el mundo que conocíamos.

Las conocidas como “soluciones basadas en la naturaleza”, medidas que se apoyan o imitan en la naturaleza y que mejoran nuestra infraestructura verde y azul, son un ejemplo típico de medidas que aportan múltiples beneficios de manera inmediata a la ciudadanía. Y no estamos aún en 2100, pero tampoco estamos ya en el siglo XXI que conocíamos, y está siendo duro, doloroso, y un reto a todos los niveles. Pero también nos ha servido para ver que no hacía falta esperar a 2100 para que la naturaleza, dentro y alrededor de las ciudades, nos echara una mano cuando más lo necesitábamos, nos ayudara a ser más resilientes. En cuanto hemos podido, hemos vuelto a utilizar las zonas verdes de la ciudad para cuidar de nuestra salud física y de nuestra salud mental. Pero ya antes, mientras estábamos confinados, nuestra Huerta nos seguía ayudando, proporcionándonos alimentos frescos y saludables, y recibiendo por ello el reconocimiento de organismos internacionales como la FAO.

No hay un modo único de construir resiliencia, ni un camino claro fijado hacia una ciudad más resiliente. Pero sabemos que una ciudad más verde, por dentro y por fuera, nos ayudará a adaptarnos no sólo a lo que venga en el año 2100, sino también a este 2020 que nos ha tocado vivir. Es hora de reconstruir mejor, es hora de reconstruir más verde.

 

COMPARTE:
TW - FB