Investigación | El Peset investiga cómo diagnosticar la retinopatía diabética usando lágrimas

12 de enero de 2016
CATEGORÍA:
Salud
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Esta patología es la primera causa de ceguera irreversible en edad laboral (20-70 años)

 

La presencia de MicroRNAs en las lágrimas facilita su uso como marcador de enfermedades oculares

 

El hospital valenciano dirige un estudio multicéntrico en el que colaboran investigadores españoles y portugueses

 

 

 

 

La Unidad de Investigación Oftalmológica «Santiago Grisolía» del Hospital Universitario Doctor Peset, adscrita a la Fundación FISABIO, dirige un estudio multicéntrico que pretende desarrollar un prototipo diagnóstico de retinopatía diabética usando lágrimas y que ha recibido el Premio Nacional Doctores Galo y Gustavo Lehoz al mejor trabajo de investigación en el último Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología.

 

Este estudio se titula «Sistemas genéticos para un nuevo abordaje del riesgo de progresión de la retinopatía diabética» y en él también participan investigadores de Murcia, Valladolid y Porto (Portugal) gracias a fondos del FIS y de la OFTARED. El objetivo principal es aislar en las lágrimas un marcador específico que pueda utilizarse para el diagnóstico o pronóstico (cómo va a evolucionar) de esta patología ocular en diabéticos tipo 2.

 

La retinopatía diabética es una complicación ocular de la diabetes que está causada por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina. En España se estima que afecta a entre un 20 y un 25% de las personas con diabetes tipo 2 y a entre un 50 y un 65% de las personas con diabetes tipo 1.

 

En sus inicios, esta patología no produce ningún tipo de sintomatología, pero es muy importante diagnosticarla y tratarla puesto que su avance tiene consecuencias graves como el edema macular y otras complicaciones que conducen a una pérdida de visión muy importante. De hecho, la retinopatía diabética es la primera causa de ceguera irreversible en edad laboral (entre los 20 y los 70 años).

 

«Hasta ahora se utilizaba el humor acuoso o el humor vítreo para diagnosticar determinadas enfermedades oculares, pero se trata de muestras biológicas que no tienen un fácil acceso puesto que el humor acuoso se encuentra en la cámara anterior del ojo, entre el iris y la córnea, y el vítreo entre la superficie interna de la retina y la cara posterior del cristalino. Esto hace que estas muestras sólo se puedan extraer durante la cirugía y ello dificulta el diagnóstico precoz de patologías como la retinopatía diabética, el glaucoma, las cataratas o el ojo seco, entre otras», señala el doctor Vicente Zanón Moreno, investigador del Hospital Universitario Doctor Peset-FISABIO.

 

El estudio que dirige la doctora María Dolores Pinazo, oftalmóloga y responsable de la Unidad de Investigación Oftalmológica «Santiago Grisolía» del Peset, podría acabar con este obstáculo ya que se ha comprobado que las lágrimas son una muestra biológica totalmente válida para obtener información genética que determine la predisposición a determinadas enfermedades oculares.

 

Tal y como apuntan los investigadores del estudio desde el Hospital Universitario Doctor Peset, «cualquier paciente está dispuesto a dejar analizar sus lágrimas y acceder a ellas es muy fácil. La información que las lágrimas nos aportan es muy valiosa puesto que en ellas se ha descubierto que hay presencia de microRNAs, un tipo de ácido ribonucleico pequeño que participa en la expresión de determinados genes precisamente inhibiendo o silenciando esa expresión. Los microRNAs que contienen las lágrimas son potenciales marcadores del riesgo de desarrollar o de la progresión de algunas patologías oculares y nos ayudarían de forma sencilla a mejorar el pronóstico de los pacientes».

 

El siguiente paso del estudio que dirigen los investigadores valencianos será identificar los microRNAs que son específicos para cada una de las enfermedades oculares (retinopatía diabética, cataratas, glaucoma, ojo seco…) puesto que hay diferencias en la expresión de los microRNAs según la patología. Si logran encontrar y acotar estas diferencias, las lágrimas podrían convertirse en biomarcadores fiables para el diagnóstico y pronóstico de enfermedades concretas y para el desarrollo de futuras bioterapias.

 

 

 

 

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